¿Alguna vez has sentido como si estuvieras viviendo la misma vida una y otra vez? ¿Como si ya no pudieras sorprenderte o asombrarte con nada?
Quiero invitarte a imaginar un niño pequeño que encuentra una hormiga por primera vez, ¿cuál crees que sería su actitud?
¿Puedes imaginar su fascinación y sorpresa? ¿Su curiosidad? Imagínalo lleno de asombro arrodillándose para examinarla más de cerca.
Imagina ahora las preguntas que surgirían en su mente de manera espontánea. Se me ocurre que podría ser algo como: “¿qué es esto? ¿por qué camina así? ¿cuántas patas tiene? ¿qué es lo que sobresale de su cabeza? ¿puedo tocarla?"
Finalmente se queda observando mientras la hormiga se escabulle por ahí... llevando una pequeña migaja de comida.
Ahora quiero invitarte a imaginar nuestra reacción como adultos cuando nos encontramos una hormiga. Sin duda hemos perdido gran parte, quizá la mayoría, del asombro y la curiosidad ante algo tan aparentemente insignificante.
En mi caso personal, cuando me encuentro una hormiga en mi apartamento, mi mente se llena instantáneamente de rechazo, incluso algo de inquietud: "¿Hormigas otra vez? ¡Eso es falta de aseo! ¡Tengo que deshacerme de ellas!"
Sin la más mínima oportunidad de detenerme a apreciar la singularidad de la hormiga, lo más probable es que la aplaste con un trapo y me ponga a limpiar un poco.
Esta diferencia entre la reacción de un niño y de un adulto ilustra la diferencia entre lo que podemos llamar una “mente de principiante” y una “mente de experto”
Mente de Principiante vs. Mente de Experto
La mente de principiante se refiere a una actitud ante la vida. Ante cada momento. Una actitud que aborda cada situación con una perspectiva renovada. Sin prejuicios.
Se trata de estar abiertos a explorar nuevas posibilidades, que dejemos de un lado expectativas, incluso preferencias, y logremos ver el mundo tal y como es. Con una nueva luz.
Un estado de apertura y curiosidad, similar a la del niño que se sorprende cuando ve la hormiga por primera vez.
Una mente de principiante propicia mayor presencia en el momento, y nos permite apreciar la belleza del mundo que nos rodea, y la unicidad de cada instante.
La mente de experto es la de aquel que parece saberlo todo, del que parece conocerlo todo, del que ha vivido ya un sinnúmero de experiencias que lo predisponen y llenan de juicios sobre la experiencia del momento presente.
Quizá la mente de experto puede ser útil en algunas situaciones, pero con frecuencia nos lleva a perdernos experiencias nuevas, interesantes, e incluso maravillosas.
La Mente de Principiante como Camino para Aliviar la Ansiedad
La ansiedad es una experiencia humana común. Probablemente todos la hemos sentido alguna vez de una forma u otra: estrés crónico, rechazo a la incertidumbre, miedo sobre el futuro.
Aunque la ansiedad es también una respuesta natural ante ciertas situaciones, es importante tener en cuenta que puede llegar a ser debilitante si no se maneja adecuadamente y de forma efectiva.
Una forma de aliviar la ansiedad es precisamente desarrollando una mente de principiante. Aquí te presento tres formas en las que creo que ha funcionado en mi experiencia personal:
Me ha ayudado a desafiar pensamientos negativos y creencias destructivas. Cultivar una mente de principiante me ha permitido dejar a un lado ideas preconcebidas sobre cómo deberían ser las cosas, y esto a su vez ha resultado en una percepción menos sesgada de la realidad. Los pensamientos que más tienden a generar ansiedad a menudo son poco realistas y para nada útiles.
Me ha permitido desarrollar mayor apertura y tolerancia ante la incertidumbre. La incertidumbre es un atributo natural e intrínseco de la vida. No es algo a lo cual haya que temerle. Cada vez que logro habitar una mente de principiante siento que puedo integrar más esa realidad. Esto me ayuda a relajarme y centrarme en el momento presente, sintiéndome preparado para lo que venga.
Me ha ayudado a ser más compasivo conmigo mismo. Me ha permitido reconocer que “no me las sé todas”. No quiero sabérmelas todas. Me ha permitido valorar mis imperfecciones como ser humano y desarrollar la habilidad de perdonarme con mayor facilidad. Esto ha sido fundamental para sentirme más resiliente ante cualquier desafío.
¿Cómo desarrollar una mente de principiante?
A continuación quiero compartir algunos ejercicios y prácticas que puedes probar para desarrollar una mente de principiante: 1. Concéntrate en el presente, 2. Sé curioso y haz preguntas, 3. Acepta la incertidumbre, 4. Cuestiona tus creencias, 5. Sé compasivo contigo mismo.
1. Concéntrate en el presente.
Tómate el tiempo para pausar conscientemente a través del día y hacer nada diferente a prestar atención. Siéntate, respira y observa tus sensaciones, pensamientos, emociones, y entorno.
Establece la intención de soltar cualquier expectativa sobre cómo deberías sentirte en el momento, o sobre cómo deberían ser las cosas.
Deja a un lado preocupaciones del pasado o del futuro, y céntrate en lo que esté pasando aquí y ahora.
Puedes hacerlo a través de la meditación, la respiración consciente (breathwork), o simplemente tomando pausas a lo largo del día para observar tu entorno. Puedes usar alguna de las sesiones guiadas de meditación y respiración consciente que comparto en el podcast todomente.
2. Sé curioso y haz preguntas.
Mantén una actitud abierta y receptiva a nuevas experiencias y perspectivas. No tengas miedo de preguntar y probar cosas nuevas. Sal de tu zona de confort. Pide aclaraciones cuando las necesitas y admite cuando no sepas algo.
Mantente siempre abierto a aprender y a considerar nuevos punto de vista. Deja ir tus juicios. Suéltalos. Intenta ver el mundo sin nociones preconcebidas o suposiciones.
3. Acepta la incertidumbre.
Recuerda siempre que la incertidumbre es una parte natural de la vida. Tratar de controlarla solo te causará estrés y ansiedad. En cambio, aprende a aceptar la incertidumbre y a centrarte en aquello que puedas controlar.
Mira si puedes observar tu ansiedad como nada más que un pensamiento pasajero, en lugar de algo que temer. Céntrate en el momento presente. Disfruta y admira lo que tienes a tu alrededor.
4. Cuestiona tus creencias.
Cuestiona y desafía sistemáticamente los pensamientos y creencias que identifiques como negativos. Aquellos que están generando inseguridad o ansiedad en ti. Pregúntate qué tan realistas y útiles son. Si no lo son, mira si puedes sustituirlos por otros más constructivos. Para esto puedes tomar papel y lápiz y escribir todo lo que surja en la mente. Necesitarás presencia y creatividad.
5. Sé compasivo contigo mismo.
Todos cometemos errores, así que sé compasivo contigo mismo cuando los cometas. Aprende rápido, pero perdónate rápido. Acéptate tal y como eres. Aprende a reconocer y valorar tu imperfección.
Estas 5 ideas están interrelacionadas y se complementan entre sí. Por ejemplo, prestar atención al momento presente nos ayuda a ser más curiosos y a aceptar la incertidumbre. Cuestionar nuestras creencias nos ayuda a ser más compasivos con nosotros mismos.
La próxima vez que te encuentres con algo nuevo o inesperado, recuerda la reacción del niño y el adulto ante la hormiga. ¿Te gustaría ser como el niño, lleno de curiosidad y asombro? O ¿Te gustaría ser como el adulto, lleno de rechazo e inquietud?
Mente de Principiante • Alivia la Ansiedad (Meditación Guiada)
En este episodio del podcast de todomente ofrezco una sesión guiada de meditación centrada en cultivar una mente de principiante. Este episodio te ofrece una oportunidad invaluable para entrenar tu mente.
Descubre cómo una mente de principiante puede transformar tu experiencia diaria.
Gracias por tu atención y por tu práctica.
- Andrés Acevedo.
Cuando estés listo/a, hay cuatro formas en las que puedo ayudarte:
A través de Cursos y Series de Meditación, Mindfulness, y Desarrollo Personal.
A través del Newsletter de todomente donde comparto artículos con ideas, reflexiones y ejercicios guiados.
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