Cuando investigamos nuestra experiencia, a través de la meditación, resulta más y más evidente que la consciencia y la intención no siempre son el origen de nuestra respuesta al mundo. Una inmensa parte del funcionamiento de la mente nos es desconocida.
Entrenar la mente para que se mantenga atenta a la forma en la que las causas y condiciones inconscientes influyen y a veces determinan nuestra respuesta al mundo es el propósito de la meditación.
Esta es la única forma que tenemos para recuperar la capacidad de elegir. Elegir cómo responder a cada situación que surja en la vida..