Tomamos decisiones constantemente, desde lo que comemos hasta cómo gastamos e invertimos nuestro dinero. Algunas decisiones son sencillas y otras requieren más reflexión.
Sin embargo, es importante entender cuáles son nuestras intenciones y valores detrás de cada decisión. Nuestros valores son como una brújula moral y moldean cómo pensamos, sentimos, actuamos y tomamos decisiones. La claridad sobre nuestros valores fundamentales puede llevarnos a una vida plena y de integridad personal.
Estudios han demostrado que reflexionar y escribir sobre nuestros valores puede mejorar nuestra mente y vida a corto y largo plazo. A corto plazo, puede aumentar nuestra confianza, empoderamiento y conexión con los demás. A largo plazo, puede mejorar nuestro rendimiento cognitivo, ánimo y resiliencia. Incluso, solo una sesión de reflexión en valores durante diez minutos puede tener beneficios duraderos en nuestra vida.
Esta sesión está dedicada a que identifiques tus valores y evalúes si estás siendo consecuente con ellos.
Brújula Moral
Estamos constantemente tomando decisiones. Decisiones sobre qué comer, a qué hora acostarnos a dormir, a qué dedicar nuestro tiempo, con quién compartir nuestro tiempo, a qué reuniones asistir, cuánto dinero ahorrar, cuánto dinero gastar, en qué gastar el dinero, en qué invertir... La vida es una sucesión continua de decisiones.
Algunas decisiones son sencillas y se sienten bastante automáticas. Otras decisiones son más difíciles y pueden requerir un poco más de reflexión. Pero, sea cual sea el escenario, es importante que indaguemos sobre las intenciones que hay detrás de nuestras decisiones. Identificar nuestras intenciones es una forma de entender qué es lo que nos está motivando a elegir una alternativa en vez de otra. O en otras palabras… qué es lo que más valoramos.
Consciente o inconscientemente, aquello que consideramos importante en la vida resulta determinando todo lo que hacemos. Si crees que es importante respetar el tiempo de los demás y el tuyo mismo, te será fácil decidir llegar temprano a tus reuniones. Si crees que tu comodidad es más importante que el cuidado del medio ambiente, será difícil encontrar motivos para reciclar, por ejemplo.
Nuestros valores son una especie de brújula moral. Representan aquello que creemos en el fondo que es moralmente correcto. Se refieren a esos principios rectores que moldean la forma en la que pensamos, las emociones que sentimos, la decisiones que tomamos, y los comportamientos que ejecutamos. Es la claridad sobre cuáles son tus valores fundamentales lo que termina guiando una vida plena… una vida de integridad personal.
Cientos de estudios han demostrado que pensar y escribir sobre nuestros valores es una estrategia muy efectiva para mejorar nuestra mente y nuestra vida. Para mejorar la calidad de nuestra experiencia de vida.
Según estudios liderados por Kelly McGonigal, de la Universidad de Stanford, el ejercicio de pensar y escribir sobre valores personales tiene beneficios a corto y a largo plazo. A corto plazo hace que las personas sientan mayor confianza en ellas mismas, mayor empoderamiento y fuerza. También las hace sentir más empáticas y conectadas con los demás. Aumenta la tolerancia al dolor, mejora el auto-control y reduce la rumiación inútil después de una experiencia estresante.
A largo plazo, se ha demostrado que aumenta el rendimiento cognitivo, reduce las visitas al médico, mejora el ánimo… y ayuda con todo, desde la pérdida de peso hasta dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol. Ayuda a que nos sintamos más resiliente y capaces de enfrentar obstáculos difíciles, y hasta reduce la apatía en nosotros. En muchos casos, estos beneficios se presentan con tan un solo ejercicio de reflexión en valores. Personas que se han sentado a escribir y reflexionar sobre sus valores una sola vez, durante diez minutos, han expresado evidenciar muchos de estos beneficios meses o incluso años después..
EJERCICIO GUIADO
Comienza encontrando tu postura cómoda y estable
manteniendo una actitud de
investigación y curiosidad
sobre tu experiencia.
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